El Guía en el océano interior

Hoy muy temprano por la mañana, mientras desayuno, me acompaña un vídeo con una linda y agradable música con sonidos del mar. No había prestado atención a las hermosas imágenes de corales, algas y peces de infinidad de colores, y me detuve un momento. En ese instante, yo misma me dije: “¿Recuerdas ese hermoso primer viaje de buceo que hiciste al mar?” ¡Wao! Sí, ese viaje fue un desafío porque no solo iba de vacaciones junto a lindas personas, sino que también iba a rendir mi curso básico de buceo en aguas abiertas en el mes de abril, por allí en 2015.

Salimos en barquito desde una bonita posada en Brasil una hermosa mañana. Yo, contenta y a la vez nerviosa, nos preparamos con equipos de buceo, tanques de aire, máscara de buceo, aletas, y lo más importante para mí en ese momento, mi guía, mi instructora de buceo, su nombre Cecilia. Yo admiraba su seguridad y fluidez para moverse y tomar decisiones en el agua.

Imagina, mi primera vez viviendo una experiencia en ese profundo mar. Estaba muy atenta, ella me acompañaba y solo me guiaba a hacerlo lo mejor posible. A medida que nos sumergimos poco a poco en el agua, se me empañó la máscara y no veía nada. Ella me indicó cómo limpiarla, lo hice, me quedé tranquila y continuamos bajando unos metros más hacia el fondo.

En un momento me dio miedo, pensaba en volver, en salir de ahí, en que no iba a poder lograrlo. Me puse nerviosa, mi respiración se hacía difícil. Miraba hacia la superficie, la miraba a ella, me hacía señas de que todo estaba bien. La miré a los ojos, me dio tranquilidad y confianza, así que continuamos bajando. Todo era desconocido para mí, aunque a medida que me animé a continuar, comencé a disfrutar de lo hermoso y maravilloso que me estaba mostrando el mar.

En esos metros de profundidad, a medida que avanzamos, me di cuenta de que lo difícil había pasado. Comencé a disfrutar del sonido del agua con los corales y, a la vez, de su silencio. Los magníficos colores de los peces pasando a mi lado, el tiempo se convirtió en instantes de felicidad, flotando en la profundidad del mar.

Todo salió bien esa mañana, apliqué lo aprendido, curso básico aprobado. ¡Hermoso aprendizaje viví! El cual llevo hoy a mi vida como consultante valiente en este maravilloso camino de sumergirme en el inconsciente, ese inmenso océano para conocerme a mí misma paso a paso. Muchas veces da miedo lo desconocido (lo llamo síntoma), aquello que voy a descubrir, difícil y doloroso, pero al final trae el premio de la paz, tranquilidad y disfrute.

Y quién te acompaña, ese guía, tu consultor o consultora, quien no te dice qué hacer, sino que te brinda las señales, te muestra el camino y te da la luz para ver mejor. Te dice “por acá es”. Y aunque parece difícil al principio, te brinda las herramientas necesarias para recordar, para transitar, para sanar, para crear y disfrutar la vida que está en mí, que está en vos, a recorrerla, para llegar a la superficie que a la vez es la profundidad, ese lugar que yo llamo origen. Los dos son uno al mismo tiempo. Hermoso camino de consciencia, paso a paso, como en el inmenso mar. Gracias.

Te leo en los comentarios….

4 comentarios

  1. Wouu hermoso!! ! Me Traslade por un momento que maravilloso viaje y experiencia,todo se trata de confiar de saltar ese paso del miedo para tener el coraje y permitirnos descubrír todo un mundo dentro de nosotros!!!!! Me encanto

  2. Que hermosa experiencia hija!!! Que gran desafío ya pasaron 10 años no se borra lo vivido permanecerá en tu retina para siempre. Pero!!!QUE BUENA ENSEÑANZA TE HA DEJADO!! SE NOTA EN TUS REFLEXIONES. POR MUCHOS VIAJES MAS SI DIOS QUIERE!!!

    1. Así es Ma! Hermosas experiencias,esta es una de ellas de todo el camino recorrido porque la vida es eso,un viaje que siempre nos lleva hacia adentro, gracias 💜

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
1
Necesitas ayuda?
Hola! Necesitas asesoramiento?